miércoles, 2 de febrero de 2011

La Vuelta de Obligado

El 20 de Noviembre fue instituido como el "Día de la Soberanía". En esta nota, el Compañero Miguel Achucarro explica los hechos fundamentales en torno a la gesta emancipadora de 1845.

En 1845, la Confederación Argentina, gobernada por Don Juan Manuel de Rosas, sufrió la alevosa agresión militar de las dos principales potencias colonialistas de la época, Gran Bretaña y Francia, que traían como antecedente apropiaciones en China y Argelia. Estas contaban con el apoyo de los emigrados unitarios en Montevideo y el de Fructuoso Rivera, que había derrocado en esa ciudad al Gobierno legítimo del Gral. Oribe. Las potencias extranjeras contaban también con el apoyo del Imperio del Brasil, interesado en nuestras provincias mesopotámicas y en La Banda Oriental.

Los barcos anglo-franceses ocuparon en primer lugar Montevideo, exigiendo la libre navegación de los ríos interiores argentinos.

Para lograr su cometido, se produjeron intensas luchas con la flota del Almirante Brown, fiel al gobierno argentino y héroe de la Independencia. Siendo derrotada nuestra escuadra, las potencias imperiales dispusieron internarse en el Paraná y el Uruguay, declarando el bloqueo de todos los puertos, apresaron los barcos mercantes y se prepararon para ocupar determinados puntos del litoral argentino. La unidad estuvo a cargo de Giussepe Garibaldi, quien cañoneó, incendió, arruinó, tomó por asalto y saqueó la Colonia de Sacramento, luego tomó la Isla Martín García, por el Río Uruguay atacó al pueblo comercial y desguarnecido de Gualeguaychú, saqueándolo durante dos días. Garibaldi, años después, sería héroe nacional de los italianos.
"Los ideales de Mayo, de independencia y soberanía nacional se habían exteriorizado en forma constante. Luego de la usurpación cometida en los comienzos de la década de 1830 y de las reclamaciones del Dr. Ramón Balcarce y del representante argentino en Londres, Dr. Manuel Moreno, fue Juan Manuel de Rosas quien insistió, por intermedio de negociaciones diplomáticas, para el logro de una reivindicación".

El jefe que dirigió las fuerzas de la Confederación en esa inolvidable jornada era un veterano de la Independencia de 53 años, natural de Buenos Aires, a la que defendió de las invasiones inglesas siendo casi un niño, bajo las órdenes de Liniers. Poco más tarde luchó junto a Artigas para desalojar a los portugueses de La Banda Oriental. Intervino en el sitio de Montevideo, al lado del Gral. Rondeau, y en las filas comandadas por el Coronel Domingo French que tomaron por asalto la fortaleza portuguesa "El Quilombo", sobre el Río Yaguarón. Por esa campaña se le concedé un honroso escudo de plata y se le nombra "Benemérito de la Patria en grado Heroico". Se destaca en el Ejército de Los Andes y en la conformación de ejércitos regulares en las contiendas internas.

En este hombre confió Rosas el mando de las fuerzas que enfrentaron los ejércitos imperiales. Salvo el puñado de Doctores emigrados, todo el país acompañó a Rosas en la lucha donde se comprometía la honra y la integridad nacional. Los Gobernadores, las Legislaturas del interior, los héroes militares de las campañas por la Independencia, los hombres acreditados y acaudalados, los gauchos que podían manejar un fusil, los representantes diplomáticos acreditados en Buenos Aires, todos ratificaron de un modo inequívoco ese apoyo. Igual que la prensa de toda América y la de la propia Europa...

En un recodo del Paraná, un 20 de Noviembre de 1845, la entereza del Gral. Lucio Mansilla, con un profundo sentimiento nacional, en una lucha desigual con los poderes más fuertes de la tierra, supo grabar con sangre los derechos indestructibles del honor y de la gloria de la nación. Por este motivo se ha instituido el 20 de Noviembre como el DIA de la Soberanía.

San Martín comentaría en Francia "...Los interventores habrán visto...que los argentinos no son empanadas que se comen sin más trabajo que abrir la boca..."

La batalla se perdió, pero no la guerra. A pesar que la historia liberal quiso tapar las jornadas heroicas de La Vuelta de Obligado, el revisionismo la ubicó en el lugar que le correspondía entre las grandes gestas por nuestra emancipación. Las masas populares siguieron su instinto, apoyando a un Gobierno comprometido con los emblemas fundamentales de los movimientos nacionales. "LA SOBERANIA POLITICA, LA INDEPENDENCIA ECONOMICA Y LA JUSTICIA SOCIAL".

Miguel Angel Achucarro.

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