La Argentina, hace años, plantó sus banderas de soberanía política, independencia económica y justicia social. Nuestro compromiso deberá ser profundizar el modelo.
Decía el General Charles de Gaulle "Los países son los países" refiriéndose a las distintas realidades y circunstancias de los mismos.
También, como dice el saber popular "El hombre se hace así mismo" y en consecuencia los países se hacen así mismos.
Por eso, cada país labra su propio destino según el espíritu de su pueblo, nada es tan fácilmente comparable.
La Argentina, hace años, plantó sus banderas de soberanía política, independencia económica y justicia social.
Este es nuestro modelo, los argentinos somos esto. Esta batalla de ser nosotros es histórica, es histórica nuestra lucha contra la dependencia y las recetas de los otros que siempre son mejores. Esto último es siempre mentira, absolutamente mentira, porque lo extrajerizante, sea político o encubierto, lo político detrás de lo económico tiene solo un interés, el de beneficiar definitivamente al extranjero, al otro.
En consecuencia, profundizar el modelo es necesario e imprescindible para seguir ganando la batalla contra la dependencia.
Y esta es una cruzada durísima porque los países ricos para seguir siendo ricos se deben aprovechar de los pobres y no van a dejar que esto cambie tan fácilmente.
A esto debemos sumarle los históricos agentes cipayos, vende patrias y extrajerizantes, que se encuentran enquistados en nuestra sociedad. Cuando ellos ganaron todos sabemos lo que ha sucedido en nuestra nación. No hace falta ser muy inteligente para darnos cuenta.
Solo piensan en su propio beneficio y este egoísmo no tiene límite, ser argentino es un prejuicio para ellos y esto se transforma en un desprecio por la patria y mucho más acentuado cuando han tenido el poder de mandar.
Dice un refrán "La Patria es la Niñez", pero atención, que si la niñez es el colegio inglés, alemán o francés, para mencionar algunos, ya sabemos dónde está la patria de algunos. Otra cosa muy distinta a saber hablar inglés, alemán o francés.
Tenemos muchos ejemplos, en estos últimos tiempos, que profundizan el modelo de soberanía, independencia y justicia social.
Uno es la ley de medios, sancionada para la libertad de expresión para todos y no solo para unos pocos, que obviamente están en contra vendiendo intereses corporativos indecentemente.
Otro es pagar la deuda externa y dejar de lado la intromisión del FMI en nuestras cuentas, a pesar de su insistente presión. ¿Cómo es en nuestras casas? ¿Quién maneja nuestras cuentas? ¿Nosotros o nuestro vecino?
Hay más: Jubilaciones a todos los que habían quedado afuera del sistema culpa de las economías inescrupulosas.
Un tipo de cambio competitivo, con impuestos aduaneros para desarrollar un capitalismo nacional, integrando las fuerzas de la producción y la industria, dando valor agregado a nuestros productos primarios, desarrollando la economía nacional y fortaleciendo el mercado interno con el consumo del pueblo.
Otra muestra es la Corte Suprema de Justicia independiente.
Debemos tener muy presente que profundizar el modelo es más soberanía política, más independencia económica y más justicia social.
Vale el sacrificio, el costo que debemos pagar por la lucha para que la Argentina sea de todos los argentinos. Para que seamos los únicos dueños y responsables de nuestro destino personal y como nación.
Esta joven democracia que tenemos, plena de libertades, merece la pena ese esfuerzo. Para muchos esta batalla recién comienza, para otros les llevó sus mejores años, incluso para algunos hasta la vida.
Vale la lucha por la hegemonía de la conciencia y de la identidad nacional.
Enrique "Quito" Salzmann.
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